Entrega de diplomas del CEF

Mar, 03/04/2007


Don Fernando González Urbaneja.

El periodista Fernando González Urbaneja fue el invitado de excepción en la ceremonia de entrega de diplomas del CEF.

El pasado 20 de marzo el CEF hizo entrega de sus diplomas a aquellos alumnos que recientemente han superado con éxito un máster o curso monográfico en el Centro entre marzo de 2.006 y febrero de 2.007 y de otra parte se reconocía el esfuerzo y el éxito a los opositores que felizmente habían superado los distintos ejercicios en los últimos meses. Y si siempre es un motivo de satisfacción reunirnos para celebrar el éxito de nuestros alumnos, no podía ser menos grato en esta oportunidad, la primera de 2007, el año en el que el CEF cumple su trigésimo aniversario. Así que, una vez más (y ya van muchas a lo largo de estos treinta años), el Centro hizo una pausa en su rutina diaria de clases, seminarios y tutorías para rendir un merecido tributo a una nueva promoción de alumnos y alumnas que han logrado con nosotros alcanzar sus objetivos. No en vano, su éxito es un éxito del que todos participamos y que nos sirve para repasar el trabajo realizado, además de para animarnos a continuar por la misma senda.

Y en esta ocasión, para celebrar como se merecía esta circunstancia, no se nos ocurrió otra cosa mejor que cerrar un teatro sólo para nosotros. Nada más y nada menos. Por un día, en el madrileño Teatro Amaya -muy próximo a nuestra sede de la calle Viriato-, los actores dejaron su sitio en el escenario a profesores y Jefes de Estudios, algún invitado de lujo y, cómo no, a los alumnos y alumnas del CEF.

Aproximadamente a las 19,30 de la tarde del martes 20 de marzo, en las inmediaciones del Teatro Amaya comenzó a congregarse una multitud de personas que haría pensar a más de un viandante en día grande de estreno. No iban del todo desencaminados. Con la ceremonia que estaba a punto de comenzar se corría el telón a una larga singladura de estudio y sacrificio que para algunos -los opositores- ha sido de años y para otros –los alumnos de cursos y másters- de unos meses, pero que para todos ellos han estado plagadas de dificultades y sacrificios. De manera que más que de un estreno, se trataba de una feliz última función, con la particularidad, además, de que, en esta ocasión, a la mayor parte de sus protagonistas había que buscarlos no en el escenario sino abarrotando la platea y el patio de butacas.

Y como una ocasión tan teatral no podía dejar de contar con sus estrellas, un invitado de excepción fue el encargado de deleitar a los allí reunidos con una lúcida y brillante intervención conmemorativa de la efeméride. Se trató del gran periodista Fernando González Urbaneja, Presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y todo un incondicional del CEF, ya que era la tercera vez que nos honraba con su presencia en un acto de entrega de diplomas.


Acto de entrega de diplomas.

En un tono distendido y muy cercano, González Urbaneja dirigió una ponencia repleta de buenos consejos y sabias reflexiones recogidas a lo largo de su extensa trayectoria profesional. El presidente de los periodistas madrileños se refirió en primer lugar a la mezcla de mérito y talento como una excelente combinación para desempeñar una brillante carrera profesional en cualquier ámbito. Aunque también apuntó que había que encontrar un lugar apropiado en el que poder desarrollarla. “Rechazad las empresas donde no se respete el mérito y el talento, y evitad aquellas otras en las que no se prime la creatividad. En aquellas empresas en las que no se pueda desplegar el talento no merece la pena estar”, señaló. Asimismo, recordó que el objetivo último de las empresas no ha de ser ganar dinero -“esa es una necesidad”, matizó- sino que éste debe plantearse en términos de crecimiento. “Las empresas han de buscar el objetivo de crecer, de continuar haciendo más cosas, fabricar más productos, llegar a más clientes”, explicó.

También defendió la figura del trabajo como una actividad en la que el hombre puede crecer y mejorar no sólo como profesional sino también como ser humano. “El trabajo ha de producir felicidad, ése sentimiento último de haber hecho algo positivo. Se trata de una forma de progreso, pero no progreso en el sentido de ambición desmedida, sino como un medio para alcanzar la felicidad.”

A continuación, González Urbaneja reflexionó acerca del modo en que las generaciones futuras hablarían de la época que nos ha tocado vivir. A su modo de ver, esos futuros historiadores, cuando fijaran la mirada en el año 2007, señalarían tres puntos fundamentales como definitorios de nuestros días.

En primer lugar, se fijarían en la revolución de la mujer, y en este sentido se refirió a la recientemente aprobada Ley de Paridad como una gran oportunidad para mujeres y también para hombres de afrontar nuevos y apasionantes retos.

La segunda de estas señas de identidad de nuestra época la fijó González Urbaneja en la revolución tecnológica sin precedentes a la que asistimos en la actualidad. Una revolución marcada por la irrupción en nuestra vida de elementos como el teléfono móvil o Internet, y de la que las cifras (3.000 millones de teléfonos en todo el mundo) hablan por sí solas.

Por último, el ponente se refirió a la importancia de la empresa como ámbito de proyección personal de primer orden. “Ya no somos unas personas que nos limitamos a ir a una oficina a cumplir con un horario a cambio de un salario. La empresa de hoy es una comunidad de intereses, de personas creativas que acuden cada día a trabajar con el propósito de tratar de hacer algo mejor en sus vidas.”, explicó.

Tras la intervención de Fernando González Urbaneja, tomaron la palabra, en representación de todos sus compañeros, dos de los alumnos que recientemente han aprobado sus oposiciones. Con sus intervenciones, ambos trataron de transmitir a público lo que para ellos ha significado estudiar una oposición.

Carlos Velasco, que acaba de aprobar su oposición a Interventor de la Seguridad Social, aseguró que el hecho de haber preparado la oposición le había mejorado como persona y que esta experiencia era toda una fuente de aprendizaje en todos los sentidos. “Gracias a la oposición he aprendido valores como la paciencia, la lucha o la entrega, virtudes que hacen falta en la vida”.

Por su parte, Laura Soria, representante de los opositores de Grupo B, quiso recordar la gran alegría que ella y sus compañeros sintieron en el momento de saber que habían aprobado, la inmensa satisfacción de conseguir algo por lo que se ha luchado mucho. Al igual que antes había hecho su compañero, Laura extendió sus agradecimientos a familiares, amigos, compañeros de oposición, preparadores, a todo el CEF...

El capítulo de opositores lo cerró, como Jefe de Estudios del CEF de esta área, Ángela de las Heras, quien hizo un repaso por los distintos cuerpos de las Administraciones Públicas a los que han accedido los alumnos del CEF, y recordó a los alumnos aprobados la importancia del apoyo recibido por parte de todo su entorno más cercano para la consecución de su éxito.

Turno para los Cursos Monográficos y Másters. Isabel Cañas representó a los alumnos, haciendo hincapié en su intervención en el hecho de la importancia que la formación continua adquiere en el mundo laboral de hoy. También quiso resaltar el hecho de que a pesar de las dificultades que implica compaginar los estudios con la familia y el trabajo, el resultado había merecido la pena.

Juan Noblejas intervino en su doble condición de Jefe de Estudios del CEF y miembro de la junta directiva de la Asociación de Antiguos Alumnos del CEF, ACEF, asociación a la que invitó a todos los presentes a formar parte y beneficiarse de sus ventajas.

Noblejas recordó a los alumnos que habían elegido una profesión que les obligaba a estar permanentemente actualizados, y les aseguró que la formación recibida en el CEF les permitiría afrontar cualquier desafío en sus empresas. Por último, habló brevemente de la nueva sede virtual del CEF en la plataforma Second Life, como ejemplo del permanente afán de innovación del Centro.

Cerró este acto el presidente del CEF, Roque de las Heras. En su reflexión final, el fundador del CEF aseguró que la formación es un proceso que no se acaba nunca, ya que la realidad obliga a estar permanentemente actualizados. Y como ejemplo de ello mencionó la nueva legislación publicada en los últimos meses, como la Ley de Dependencia, la Reforma del IRPF o el borrador del nuevo Plan General Contable.

Con la enhorabuena a todos los presentes, concluyó este acto que tuvo como final la recogida de diplomas y un cóctel de fin de fiesta.