Integrar la tecnología en el sistema sanitario será clave para reforzar la atención primaria y la investigación farmacológica

Mar, 12/01/2021

Este podría haber sido el invierno de Filomena, de no ser por los nuevos repuntes de contagios. El patógeno sigue su curso, y no podemos olvidarlo. En este clima de obstinación sanitaria y no menos terco escepticismo ante la vacuna, ¿cómo debe evolucionar la sanidad española para atender las necesidades del senior? ¿Qué papel jugará la digitalización en el equilibrio de un sistema aquejado por una pandemia y una atención primaria tan desgastada?

Por Alberto Orellana

En ello se ha centrado la última mesa redonda del 'I Congreso 60 y mucho+' que acoge el Grupo CEF.-  UDIMA hasta el próximo 9 de febrero. Los ponentes han analizado los puntos fuertes y débiles que ha subrayado esta coyuntura, y han debatido sobre los retos y tendencias que marcarán los próximos años en el sector sanitario.

Investigación farmacológica, enfermedades crónicas y uso del Big Data en la gestión clínica han sido algunos de los principales temas planteados por la directora general de Sigma Dos, Rosa Díaz. Ante todo debemos tener "paciencia", ha dicho José Andrés G. Cantero, director general de la Clínica Universidad de Navarra. Empieza a verse la luz al final del túnel, pero hay que prepararse para una "tercera ola", donde la vacuna será clave.

Tenemos que reconocer este medicamento como uno de los grandes éxitos de la crisis. Según Carlos Nueno, presidente de Teleadoc Health, ha sido un ejemplo de "reacción a nivel global", pues se ha logrado desarrollar el fármaco en tiempo récord. Y empleando "tecnologías revolucionarias" que se van a quedar para afrontar futuras pandemias y enfermedades. Además, la gestión del coronavirus ha acelerado tendencias como la telemedicina, que debemos "integrar" en la sociedad para darle valor, ha apuntado.

Percepción tecnológica

Como ha explicado Nueno, si hay algo que "ha venido para quedarse" es el uso de la tecnología para acceder a la sanidad. Tanto los pacientes como los profesionales sanitarios han "aceptado su utilización", ha aclarado. La telemedicina no es nueva, y aunque ha crecido notablemente en los últimos años, lo que realmente ha cambiado la COVID-19 es la "percepción": el 64% de los ciudadanos se siente más cómodo accediendo al servicio sanitario a través de la tecnología, ha comentado.

Una realidad que se va armonizando a nivel europeo y que "será un derecho", ha abundado Nueno. Con la esperanza de vida en aumento se generalizarán las enfermedades crónicas, y con ello la presión sobre el sistema sanitario. "Debemos apoyarnos en la tecnología para hacerla más accesible a la población", ha resumido.

La tecnología debe ser "un canal más" para lograr una mejor sanidad, y para ello tiene que ser "simple y de fácil acceso", ha defendido. La clave para él está en introducirla a través del móvil (dada su gran penetración en nuestro país), y aprovechar la tecnología 5G para llegar a aquellas zonas donde no hay ni atención primaria.

España: más primaria y "puntera"

"Hay que potenciar mucho la atención primaria", ha subrayado G. Cantero. Tenemos un sistema "muy apoyado en hospitales" -enfocados a casos graves- cuando tenemos una población con cada vez más enfermedades crónicas, ha explicado. "Se puede abaratar mucho esta atención llevándola a los hogares", ha mencionado en relación a la telemedicina. "O hacemos algo en la prevención o el progresivo envejecimiento de la población hará insostenible la atención primaria en los hospitales".

El 80% del gasto en sanidad está relacionado con la enfermedad crónica, ha recalcado Nueno. "Una buena gestión dará un sistema más eficiente y equilibrado". Para ello hay que apoyarse en esa tecnología que ayude a cambiar los hábitos de vida de las personas y que retrase o "incluso frene" la enfermedad crónica. "En España tenemos la obligación de ser punteros", ha añadido: por el clima y la alta esperanza de vida, y porque se puede.

Algunos frentes donde se puede y se debe trabajar son la gestión clínica de los datos y la inversión en investigación de fármacos. Por un lado, el Big Data permitirá que el paciente sea realmente dueño de su historia clínica. "Pero habrá que ver quién gobierna ese dato, que es del paciente, y cómo se va a anonimizar", ha puntualizado G. Cantero.

"Esto democratizará la sanidad y empoderará al paciente como gestor de su propia sanidad". No obstante, quedan retos como la unificación de esa gestión entre comunidades autónomas, que permitan al paciente tener el control de su historia en todo el país.

Se podrán hacer diagnósticos con mayor precisión y previsión que antes, aunque eso no sustituya al profesional sanitario. Y se podrá establecer la medicina personalizada o extender la medicina de precisión (que evita daños colaterales en tratamientos de enfermedades graves). Así como la conexión entre hospitales, que hará posible que una UCI de un centro potente pueda utilizarse en un hospital con menos recursos.

Medicina académica

Por otro lado, hay que reforzar la industria farmacéutica, han convenido los expertos. "Se ha recortado el tiempo de desarrollo de la vacuna a menos de un año en esta coyuntura. Algo que se consigue sólo potenciando la medicina académica", ha aseverado G. Cantero. En 2020 se han potenciado los ensayos clínicos, lo que hace más seguras las vacunas, y que ha puesto de manifiesto la necesidad de "potenciar la investigación".

"Me da mucha pena que ninguna de las vacunas que han salido sea española con el potencial que tenemos", ha criticado. Y algo muy relacionado que no debe quedarse, según ha dicho, es el hecho de que los materiales de primera necesidad de un país se fabriquen a miles de kilómetros y no podamos gestionar la rápida adquisición. "España puede ser un referente", ha insistido Nueno. "La telemedicina es un medio a disposición de los ciudadanos para mejorar la relación médico-paciente. No es un fin, sino uno medio para mejorar la sanidad".

Galería de imágenes

Imagen de la mesa redonda por videoconferencia en el Congreso 60 y mucho más.