Pasado y futuro de la Constitución Española

Dom, 10/02/2019

Homenaje a Gregorio Peces-Barba

Crónica de María Ángeles Díez, profesora de Derecho Tributario

En el espacio Caixa Forum y coincidiendo con la celebración de su cumpleaños, la Fundación ‘Gregorio Peces-Barba’ organizó la VI jornada dedicada a recordar el gran legado intelectual de lucha política y jurídica en la defensa de los Derechos Humanos que dejó el profesor y ‘padre’ de la Constitución Española y que la Fundación trata de transmitir a las generaciones venideras.

El evento contó con unos invitados de excepción: Miquel Roca, Ángel Gabilondo, Soledad Gallego Díaz, Pere Navarro y Óscar Alzaga, que, recordando la memoria del profesor Peces-Barba, ensalzaron, en primer lugar, el éxito que supuso y supone la Constitución Española y, por otro, se compartieron opiniones discrepantes sobre la necesidad o no de su reforma, todo ello, bajo la conducción del acto por Manolo Hernández Hurtado.

Miquel Roca reiteró una y otra vez que la Constitución puso fin al momento político que hoy llamamos Transición, periodo durante el cual la sociedad española ponía fin a un capítulo de dictadura, tras una Guerra Civil en la que toda la población española fue derrotada, independientemente del bando vencedor, y que iniciaba su camino hacia la democracia, gracias a un gran pacto.

Es en este punto donde cobra mayor importancia la figura de Peces-Barba como gran artífice de dicho acuerdo. Peces-Barba fue la piedra angular del consenso necesario para lograr culminar esta etapa de Transición mediante la aprobación del texto constitucional, que devolvió la soberanía al pueblo y que mediante una disposición derogatoria sin parangón ni precedentes, ponía fin a un capítulo de la historia española y preparaba al Estado para su entrada en la Comunidad Europea.

El valor del consenso y del acuerdo conseguido por Peces-Barba en este proceso lo echa hoy de menos Ángel Gabilondo en el momento político que se vive actualmente. Gabilondo ensalzó la moderación que encarnó Peces-Barba en contraste con la crispación que caracteriza a muchos políticos actualmente, lo que para el exministro supone una falta de argumentos sólidos.

Consideró que los mayores enemigos políticos del momento son el partidismo y el sectarismo, por ello cobra ahora gran valor el reconocimiento de la mesura de la que hacía gala el rector de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y que permitió la aprobación del texto fundamental en cuyo preámbulo, redactado por Enrique Tierno Galván, se afirma que su objetivo es conseguir establecer el bien de los ciudadanos.

Por ello afirmó Gabilondo que la Constitución es una forma de vivir en una sociedad de diversidad y pluralidad. Este espíritu moderador y consensuado que envolvió la figura del protagonista del evento la conservó durante toda su vida y así rememoró Gabilondo que en una ocasión Goyo, gran amante del fútbol y del Real Madrid, les pidió a varios rectores que se vistieran con la camiseta de su equipo favorito y cuando todos esperaban que él hiciera lo propio con una camiseta del equipo merengue, Peces-Barba les sorprendió a todos con una camiseta negra de árbitro.

Soledad Gallego, periodista en el Congreso de los Diputados durante las largas sesiones constituyentes, recordó la gran capacidad de Peces-Barba para hablar con los demás, ya pertenecieran al partido que fuere, y conseguir que se llegase a un acuerdo. Esta capacidad la desplegaba dentro y fuera de la Cámara, en los cafés compartidos con la prensa y las tertulias que acompañaban las comidas y cenas en restaurantes aledaños durante todo este largo proceso.

Recordó el buen clima que se respiraba entonces y lamentó que la sociedad haya de ser hoy espectadora de un momento en el que se asiste a un desprecio y maltrato de las instituciones.

Por su parte, Óscar Alzaga, amigo y compañero de Peces-Barba desde la fundación de la organización ilegal denominada “Unión de Jóvenes Demócratas Cristianos”, en 1957, revivió la gran capacidad y coherencia del popular profesor, su visión europeísta y el gran concepto de lo público que albergaban sus proyectos y su gran conciencia social.

Al margen de la admiración hacia el homenajeado que también compartió Pere Navarro, ambos coincidieron en la necesidad de reformar el texto constitucional para adaptarlo a los grandes cambios que ha experimentado la sociedad española, mientras que el otro ‘padre’ de la Constitución que estuvo presente en este acto no lo pudo secundar, pues para él tal afirmación estaría subyugada a reconocer que nuestra norma fundamental no funciona y no considera que es así.

Miquel Roca afirma que el núcleo duro de la Constitución sigue siendo válido y sigue acogiendo a las nuevas generaciones: es como una melodía a la que le puedes poner diferentes letras, pero el espíritu de la Constitución sigue y debe estar vigente.

Alzaga afirmó que la Constitución es la única de estos textos que apenas se ha reformado, mientras que otras normas fundamentales europeas se han ido reformando para adaptarse a los cambios que la sociedad ha venido experimentando. A esta falta de cambio achacan la falta de pertenencia que dicen que tienen los jóvenes actualmente, como sostenía Tomas Jefferson al indicar que una Constitución debía cambiarse cada veinte o veinticinco años para que las nuevas generaciones se sintieran parte de ella, pues consideraba que una generación no puede sujetar a sus leyes a las generaciones futuras.

Sin embargo, desde el público, Felipe González rebatió esta cita con la figura de James Madison, que consideraba de forma contraria a lo que hacía su presidente Jefferson, que si se cambiaban frecuentemente las reglas de juego se corría el riesgo de quedarse sin ellas.

La Fundación Gregorio Peces-Barba para el estudio y cooperación en derechos humanos se ocupa de que las generaciones venideras reciban el legado intelectual de la lucha por la cultura política y jurídica de los derechos humanos y con él poder enfrentar sus retos sociales manteniendo vivas las ideas que dieron forma a la sociedad abierta y democrática, regenerándola con nuevas propuestas.

Por ello, es justo reconocer su lucha política y jurídica en la defensa de los Derechos Humanos, así como su labor en la educación en valores de niños y jóvenes para que en el futuro sean capaces de proteger la Constitución y los Derechos Humanos y sientan la Carta Magna como algo propio y no un texto heredado.