Técnicas de mindfulness, o cómo mejorar la productividad y el rendimiento en el trabajo

Lun, 22/05/2023

Sin duda, la práctica de mindfulness ha adquirido una gran relevancia en los últimos años, y no es difícil entender por qué. En un mundo cada vez más acelerado, en el que las exigencias y responsabilidades se multiplican, resulta fundamental aprender a gestionar el estrés y la ansiedad de forma efectiva. Y es ahí donde entra en juego el mindfulness.

Por Ana Lacasa

En el entorno profesional, el estrés es una de las principales causas de baja productividad y absentismo laboral. De hecho, según indican desde el Instituto Nacional de Seguridad Social y Salud en el Trabajo, el estrés laboral siempre ha estado presente en el trabajo, pero su intensidad e incidencia está aumentando considerablemente en los últimos años debido a las nuevas formas de organización del trabajo y de relaciones sociolaborales.

Además, el estrés laboral tiene efectos sobre la salud, tanto física como mentalmente, pero también sobre cómo se realiza el trabajo y, por tanto, sobre el absentismo, rendimiento y productividad.

En este sentido, aplicar técnicas de mindfulness, como las que se imparten en el CEF.- Centro de Estudios Financieros, puede ser muy beneficioso tanto para la empresa como para el trabajador. El mindfulness consiste en prestar atención plena y consciente al momento presente, sin juzgar ni etiquetar los pensamientos o sensaciones que surjan. Esta práctica ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, a mejorar la concentración y el rendimiento laboral, y a fomentar la creatividad y la innovación.

Por otro lado, el mindfulness también puede contribuir a mejorar las relaciones interpersonales en el entorno laboral. Al desarrollar una mayor capacidad de escucha y empatía, los trabajadores pueden comunicarse de forma más efectiva y resolver conflictos de manera más eficiente. Además, al aprender a gestionar las emociones de forma más saludable, se reduce el riesgo de que éstas afecten negativamente a las relaciones laborales.

Otro de los beneficios del mindfulness en el entorno profesional es su capacidad para fomentar la toma de decisiones conscientes y reflexivas. Al tomar conciencia de los propios pensamientos y emociones, se puede evaluar de forma más objetiva la situación y tomar decisiones más acertadas y coherentes con los valores y objetivos personales y de la empresa.

En definitiva, aplicar técnicas de mindfulness en el entorno profesional no solo mejora la calidad de vida de los trabajadores, sino que también tiene un impacto positivo en la productividad, el clima laboral y la rentabilidad de la empresa. Por esta razón, cada vez son más las empresas que apuestan por esta práctica, ofreciendo programas de mindfulness a sus empleados o incorporando esta filosofía a su cultura organizacional.

Por tanto, la práctica regular de mindfulness puede contribuir a mejorar el rendimiento, la creatividad y las relaciones interpersonales, así como a fomentar la toma de decisiones conscientes y coherentes con los valores y objetivos personales y de la empresa.